sábado, 12 de janeiro de 2008

Chile


Que gente maravillosa, que país lindo. Es cierto que solo he conocido una pequeña porción de esta larga y angosta faja de tierra encrustada entre la cordillera y el mar, pero ya fue el suficiente para que sea uno de mis locales preferidos en este mundito redondo.

La gente es increiblemente receptiva y amiga, me siento como si estuviera en mi tierra. Son muy descomplicados, curiosos, gentiles y buena onda, principalmente la gente del campo con la que convivo diariamente, los huasos como se dice acá. El clima es medio loquito, un verano con frío de 10 grados y lluvias a la loca, pero me encanta. La ciudad es linda, hay mucho verde, y la vista del volcán está presente por donde vayas, todo muy nuevo para mi.

Lo único malo, si podemos decír así, es lo muicho que extraño a mi amor (mi polola como se dice por acá). No creo que sea malo por el punto de vista de que si la extraño tanto es porque la amo mucho y me gustaría compartir esa experiencia con ella, pero sentimentalmente me hace un nudo en el corazón y trae todos mis sentimientos para la flor de la piel, ano más emotivo que el normal.

Pero bueno, es la vida con sus pruebas interminables, de esa forma alcanzo tener certeza de que esa es la mujer con la que quiero vivir.

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